Martín escucha asustado e impotente cómo Álex forcejea con su vigilante

Martín va conduciendo por una carretera secundaria. Llama por teléfono a Álex, quien, al ver que le suena el móvil, hace amago de responder. Sin embargo, el chaval que le vigila le hace varios gestos para que no lo haga. Álex se agobia.

Al otro lado del teléfono, Martín desespera: “Respóndeme, hijo”. La señal se corta. Sin embargo, el juez no se da por vencido. Vuelve a sonar el móvil de Álex. Después de un par de toques, Álex coge el teléfono y sale corriendo. Atraviesa toda la casa hasta que encuentra una habitación y se encierra en ella.

Su vigilante llega y comienza a golpear con fuerza la puerta. A duras penas, Álex consigue por unos instantes evitar que entre y, así, poder hablar con su padre. Martín, al notar la situación, se preocupa. El chaval al final consigue entrar y le arranca el móvil de las manos. Martín no entiende nada de lo que oye: “¿Qué está pasando?”. Gruñe desesperado.