Un muerto, un brownie y un 'Sí, quiero': las piezas clave del nuevo caso de los inspectores Luis Lacasa y Naira Oramas

El escenario del último capítulo de esta temporada de Una vida menos en Canarias es, nada más y nada menos, que una boda. Patricia y Ángel han organizado una boda de ensueño. Al menos, hasta que uno de los invitados de la boda se desploma muerto durante los postres. ¿Los principales sospechosos? Los tíos de la novia, miembros de la mafia irlandesa, la misma mafia que Luis lleva años persiguiendo desde Madrid.

Pero ellos no son los únicos. Naira y Luis tendrán que lidiar con dos novios que mantienen una relación disfuncional, una wedding planner al borde de un ataque de nervios, y una serie de pistas que conducen nada menos que al Umami, el restaurante de Jimena.

La comisaria Betacourt ordena matar dos pájaros de un tiro: encontrar al autor del asesinato y desarticular al clan de los irlandeses. Por desgracia, para esto necesitarán la ayuda de Ramón, el viejo compañero de Luis, el mismo que le traicionó en el pasado. El expolicía y presidiario hace un trato con la policía en busca de redención pero, ¿puede Luis confiar en su palabra?