El instante decisivo | Los momentos clave
El instante del secuestro de Miguel Ángel Blanco: ETA le esperaba en la estación de Eibar
Un coche está esperando a Miguel Ángel Blanco a su salida de la estación. Una mujer le obliga a entrar en él. Ha sido secuestrado.
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La venganza de ETA por la liberación de Ortega Lara se consumó sólo nueve días después, y la víctima fue un joven concejal del PP de Ermua. Decidieron secuestrar a Miguel Ángel Blanco. Era el 10 de julio de 1997.
Miguel Ángel se había desplazado en tren hasta Eibar. Allí, en la estación, estaba aparcado un coche con matrículas falsas. De él sale una mujer: Irantzu Gallestegui, alias ‘Amaia’. Va al encuentro de Miguel Ángel. Y le obliga a entrar en el vehículo. Miguel Ángel ya no tiene escapatoria: ha sido secuestrado por ETA.
Comienza una angustiosa cuenta atrás de sólo 48 horas. Es el plazo que da la banda terrorista al Gobierno para que cumpla sus exigencias, todo un chantaje mortal.
Con lo que los etarras no contaban era con el efecto que acababan de provocar. En Ermua, un municipio obrero en la frontera entre Guipúzcoa y Vizcaya, ETA siempre había sido un tema tabú. Pero el ultimátum sobre la vida del joven concejal provoca una reacción sin precedentes entre sus habitantes.
Tenían 48 horas para salvar a su vecino y, por primera vez, no sintieron miedo. Durante dos días y dos noches, el pueblo entero salió a la calle y sostuvo un pulso público con ETA.
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