El instante decisivo | Los momentos clave
El instante del interrogatorio a Ibon Muñoa, el chivato que convirtió a Miguel Ángel Blanco en objetivo mortal de ETA
ETA cumplió su amenaza matando a Miguel Ángel Blanco el 12 de julio de 1997, pero ese día fue también el inicio de su final.
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Ibon Muñoa no sólo era concejal de HB en el Ayuntamiento de Éibar. También, y sobre todo, era un hombre que había trabajado para ETA siempre en la sombra, básicamente como informador. La información a la que tenía acceso como político la utilizó para hacer múltiples informes para los integrantes del comando Vizcaya, con los que trabajó, y del comando Donosti.
Fue detenido por pertenencia a banda armada, secuestro y falsificación. Él no apretó el gatillo que mató a Miguel Ángel Blanco pero sí fue quien le señaló. Trabajaba en una tienda familiar, Repuestos Muñoa, cuya contabilidad era llevada por la gestoría donde trabajaba el concejal.
Muñoa le tenía controlado: desde su local veía cómo todas las tardes, a la misma hora, Miguel Ángel llegaba a la estación Ardanza procedente de Ermua. Dio todas estas claves a ETA. Acogió en su casa a Javier García Gaztelu 'Txapote', Irantzu Gallestegui ‘Amaia’ y José Luis Gueresta 'Oker' para que planificaran la operación. Y de su taller salieron las placas de matrícula falsas del coche en el que fue introducido Miguel Ángel en su secuestro.
ETA cumplió su amenaza el 12 de julio de 1997, a las cuatro de la tarde. Txapote disparó dos tiros en la cabeza de Miguel Ángel en un camino rural de Lasarte. El concejal agonizó durante doce horas y falleció en la madrugada del día 13.
Ermua y toda España pasaron de la esperanza a la rabia. ETA había dado un paso de consecuencias trascendentales: perdió el apoyo de la parte de la sociedad vasca que durante años había apoyado o justificado sus acciones. La conmoción rompió el silencio histórico en el País Vasco. Así fue como la banda terrorista perdió la calle en el primer paso hacia lo que sería su desaparición.
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