La Ruta Destroy o Ruta del Bakalao (años 80 – 90) se enmarca en el contexto de un país recién salido de una transición democrática tras la época franquista.

La década de los 80 estuvo marcada por la expansión de "la movida" por toda España, especialmente la movida madrileña.

La “movida valenciana” actuó como potente catalizador para que una ingente cantidad de grupos musicales extranjeros, principal e inicialmente británicos, se dieran a conocer en toda España a través de Valencia.

En un intento de agrupar a todas las tribus urbanas de Valencia (rockers, seguidores del ska, new romantic, punks, góticos, etc), un público todavía muy selecto y con grandes inquietudes musicales y culturales se reunía en la sala Metrópolis (1980), predecesora de la Sala Oggi (1978).

Los problemas entre las tribus hizo que la fiesta se trasladase a una sala llamada Barraca.

El término ‘bakalao’ surgió de forma espontánea en la tienda de discos Zic-Zac (Valencia, 1983), punto de encuentro de distintos Dj de la escena valenciana para proveerse de música de importacióndel momento. Los clientes exclamaban “¡Vaya bacalao! Esto es bacalao del bueno”. Se referían a la música buena de importación.

Albert Piron adquirió los terrenos de Barraca en 1968. Concebido, en su origen, como una sala de fiestas

Durante los años 80 y 90 la discoteca Barraca se convirtió en la primera sala referente de la conocida como Ruta Destroy o Ruta del Bakalao.

Vicente Pizcueta, promotor de la discoteca Barraca, fue el inventor de lo que en su momento llamó “la ruta de la destrucción”. Aunque públicamente prefería referirse a ella como “festival valenciano”, ya que era un término más suave y comercial.

Apostó por incluir performances, acciones teatrales en sus sesiones y desfiles de moda. La sala propició la atracción de personajes destacados en el panorama cultural, musical y social de la época, así como gente de mentalidad inquieta que creaba una cultura alternativa y diferente.

Barraca fue una de las primeras salas españolas donde hicieron aparición las drag-queens, como la famosa Faraona

Aspectos a destacar de esta sala fueron su pista giratoria, su piscina, donde la gente se bañaba de forma desinhibida, los caballos de tiovivo, que se convirtieron en marca de la casa, y su terraza.

DJ’s: Alrededor de 1980, Juan Santamaría recaló en esta sala para imprimirle su particular estilo tan ecléctico. En 1982 le sustituyó en cabina Carlos Simó, pinchadiscos muy influenciado por Santamaría y que puso su sello rompiendo los vinilos número uno con la mítica frase: “Buenas noches, bienvenidos a Barraca, esta noche matamos este disco”

Música: Deep Purple, Sex Pistols o The Smiths, eran alguno de los grupos más pinchados.

El día de ir a Barraca era: Sus principales sesiones fueron las de sábado noche y domingo tarde-noche.

Ubicación: Les Palmeres, Sueca, Valencia

Tras el éxito de Barraca, Chocolate “La catedral de la música” (1980) se convertía en la nueva imagen de su antecesora Chocolate Cream, discoteca dedicada a música funky. La nueva ‘Chocolate’ apostó por sonidos más oscuros y góticos.

Fue un antiguo secadero y almacén de arroz de Les Palmeres. Artemio Guardiola solicitó la creación de un nuevo espacio al arquitecto Nacho Moscardó.

Esta sala sirvió de continuación de la fiesta para muchos barraqueros, ya que cerraba unas horas más tarde que Barraca.

Chocolate se convirtió en el templo de la movida gótica que inundó Valencia y que fue importada directamente desde el Reino Unido. Sus fieles se hacían llamar soldados.

DJ’s: Toni Vidal, más conocido como Toni ‘El Gitano’, fue su principal responsable musical los primeros años. José Conca sustituyó a ‘El Gitano’ en 1986, fue quien llevó a Chocolate la técnica depurada que había implantado Fran Lenaers en Spook y que estaba causando furor.

Música: Bauhaus, The Lords of the New Church, Sisters of Mercy, Art of Noise, 400 Blows, Cabaret Voltaire, Shriekback, Alien Sex Fiend, Minimal Compact y muchas otras de tipo, mayoritariamente, siniestro y oscuro. No faltaron sonidos más rabiosos como el punk de los Ramones, o el garage rock y psychobilly, entre otros.

El día de ir a Chocolate era: La sala era conocida por el lema de “no digas sábado, di Chocolate”. Fue la primera discoteca en programar conciertos a las 7 de la mañana. Esto convirtió a Chocolate en la continuación de Barraca.

Ubicación: Situada a 200 metros de Barraca en Sueca, Valencia.

Espiral se convirtió a mediados de los años 80 en la discoteca más destroyer de Valencia.

Lo que realmente la diferenció del resto, fue su capacidad en crear un himno propio reconocible por todo el colectivo musical de La Ruta: el mítico ‘Espiral Dune’ marcó el himno musical de toda una era.

Era considerada como la sala más cañera del momento, hasta su sonado cierre y reconversión en una versión más ‘light’, ya bien entrados los años 1990, hechos que precipitaron rápidamente su definitiva desaparición (fue la primera de las grandes en caer).

DJ’s: Quique y Juanjo Serrano llevaron a la sala esa variedad musical de temas de rock/pop no comercial, sonidos oscuros y electrónicos. A finales de los 80 fue Jesús Brisa el principal DJ.

Música: Rock/pop nada comercial, sonidos oscuros y electrónicos la catapultaron a un rotundo éxito. El mítico ‘Espiral Dune’ marcó el himno musical de toda una era.

El día para ir a Espiral era: Sesiones de sábado tarde y noche sentaron época, entre otros motivos porque eran atemporales en sonido y en tiempo, tan solo acababan cuando el DJ así lo decidía.

Ubicación: localidad de l’Eliana, Valencia.

En 1984 hizo aparición en la escena valenciana Spook Factory, anteriormente llamada San Francisco de Pinedo, y dedicada a gente más convencional.

Al igual que Barraca, Spook es una de las pocas salas que hoy en día permanece en activo.

Sus horarios transgresores y totalmente a contracorriente marcaron la seña de identidad de Spook y de su gente. Conocida por sus interminables sesiones musicales, acabó creando el concepto de la ‘Non Stop Party’.

Los Bosé, Pedro Almodóvar, Francis Montesinos, Loquillo, Enrique Bunbury, Javier Bardem, Tino Casals y Antonio Banderas, entre otros, figuraban entre los VIP que visitaban la conocida como sala del murciélago cuando pasaban por Levante.

DJ’s: Su Dj, Juanito Torpedo, y la línea musical que llevaba estaba a medio camino entre las de Barraca y Chocolate, ya que se trataba de atraer a este tipo de público.
Spook se hizo un hueco en la Ruta de mano del DJ Fran Lenaers: “Yo introduje en Valencia el poner dos discos sincronizados sin que lo hubiera visto antes hacer a nadie”. Su especialidad era el techno y el EBM (Electronic body music).
Leaners finalizaba las sesiones a las 12 del mediodía del domingo con el Ángelus, creando un contraste con la música que había sonado anteriormente.

Música:En esta sala era habitual escuchar a gente como Front 242, A Split-Second, Front Line Assembly, Nitzer Ebb, Clan of Xymox, Severed Heads, Psyche, Vicious Pink, 16 Bit y muchas otras formaciones de EBM y techno.

El día para ir a Spook era: Parte de su éxito vino porque fue la primera sala con un horario realmente amplio. Abría de viernes a domingos donde llegaba a convocar hasta 4.000 personas en su último día.

Ubicación: Pinedo, Valencia.

En 1986 llegaba Puzzle, antes llamada New Bunker. Carlos Simó, ex-DJ de Barraca, abrió como gerente esta sala. Era la discoteca favorita junto con Barraca y Spook Factory del público gay.

En Puzzle la entrada era gratis hasta las dos de la madrugada. La fiesta comenzaba realmente pasadas las tres y media, cuatro.

Se enfocó musicalmente a sonidos más frescos, synth pop y technopop e incluso house.

DJ’s: Uno de sus primeros DJs fue Luis Bonías. Después llegarían dos hermanos, conocidos como ‘Los Gemelos’, que serían quienes le darían personalidad propia y fama a esta sala con esa música menos industrial y oscura, que también tuvo gran aceptación.

Música: Grupos como New Order, Camouflage, Cretu, T99, Boytronic, Information Society o Red Flag son un ejemplo de su música durante la década de 1980.

El día para ir a Puzzle era: El domingo a las 6 de la mañana llegaba la mayoría del público a Puzzle procedente de Barraca, Chocolate o Spook.

Ubicación: El Perelló, Sueca. Valencia.

Abierta en 1986, ACTV fue creada por Julio Andújar. La identidad gráfica de la sala fue creada por el famoso diseñador Quique Company.

Al ser la última sala importante en cerrar el fin de semana, se convirtió en lugar de reunión de la gente más importante de la noche valenciana.

A finales de los años 80, ACTV acabó especializándose y concentrando al público más "rutero" en sus sesiones de domingos tarde-noche a lunes por la mañana. Los amaneceres desde ACTV frente al mar prácticamente a pie de playa se hicieron muy populares.

DJ’s: Fue liderada por el DJ valenciano Arturo Roger. Otros Dj’s pasaron por la mítica solo como fueron DJ Josel, Manolo el Pirata y Jorge Zamora.

Música:Apostó en sus inicios por sonidos más frescos introduciendo el new beat, una mezcla de EBM y techno con el toque de distorsión del "sonido ácido". Ambos estilos musicales se añadieron al combinado pop, techno-pop, EBM y techno habitual de la sala, siendo una discoteca abiertamente ecléctica.

El día para ir a ACTV era: En sus inicios, sus sesiones principales, fueron las de after-hours de sábados y domingos. ACTV fue considerada una cita casi obligada durante los domingos a partir de la tarde.
La sala llegó a abrir durante una temporada los lunes por la tarde o sus sesiones de hasta 72 horas.

Ubicación: Estaba situado en la Malvarrosa en un llamativo edificio histórico conocido como Termas Victoria, de ahí el nombre (Actividades Culturales Termas Victoria).

Toni Vidal ‘El Gitano’ abrió esta sala en 1986 con el nombre de Bravatta, tras marcharse de Chocolate y ser sustituido por José Conca.

A los pocos años cerró, y al tiempo, fue reabierta y dirigida por Clemente Martínez como Don Julio, pero no vio este nombre nada comercial y, como no tenían recursos económicos, al poco tiempo de funcionar la discoteca como Don Julio, decidieron quitarle al nombre la palabra ‘Julio’ e invertir la primera para aprovechar las letras del neón.

NOD fue la principal responsable de la cultura del parking como una extensión de la pista de baile.

En el exterior de la discoteca cada coche se transformaba en una pequeña discoteca y barra libre y hasta se llegaban a cocinar paellas

DJ’s: Kike Jaén a los platos y DJ Nino.

Música:Su estilo por excelencia era el techno.

El día para ir a NOD era: Acabó actuando como after-hours de Espiral, dado que abría los domingos por la mañana su sesión principal.

Ubicación: Situada a las afueras de Ribarroja del Turia. Valencia.

Los años 1993 y 1994 seguían atrayendo a muchos jóvenes, aunque la gente tenía menos inquietudes sobre la calidad musical que comenzó a ganar bpm (revoluciones) y a perder calidad.

La gente variada, los peinados y looks extraños y ochenteros, que aún pervivían hasta 1992 o 1993, el cuero, las camisas estridentes y la ropa llamativa, fueron dando paso rápidamente al corte de pelo rapado, los grandes aros, las zapatillas, el chándal, o las bombers. El Neng de Castefa fue uno de los personajes que parodiaron la imagen de este nuevo ‘ejército de los makineros’

La mescalina, marcó los años dorados de la Ruta. La conocida pastilla verde llegaba a las salas de Valencia en el año 1983. Fue en 1988 cuando desapareció casi repentinamente con la llegada del speed.

A principios de los años 90, el éxtasis (MDMA) también llegaba a la Ruta.

En los años 1993 y 1994 la cocaína desbancaba al éxtasis y al speed trayendo consigo un efecto destructivo.

“Eran igual de malas al principio que al final pero primero se tomaban de una manera experimental para sentir la música y al final se convirtieron en una cosa absurda. La masificación lo fue en todo", señala Oleaque, periodista y escritor.

En 1991 Chimo Bayo publicó ‘Así me gusta a mí’, un disco que vendió un millón de ejemplares en 40 países y se convirtió en todo un himno generacional. Se dice que este fue el punto de inflexión que provocó el comienzo de la recesión.

A partir de 1992, la ruta comenzó a masificarse y los medios de comunicación se hicieron eco de este movimiento con reportajes bastante críticos, destacando el aumento de consumo de drogas, los accidentes de coche y el trágico suceso del asesinato de las niñas de Alcásser.

Todo esto provocó grandes despliegues policiales y se incrementaron los controles de tráfico y antidroga, a lo que la gente comenzó a negarse y, de la mano de una oferta musical decadente, la Ruta del Bakalao llegó a su fin entre 1994 y 1996.